Transición energética y financiamiento sostenible: el papel del mercado de capitales dominicano
República Dominicana se encuentra en una fase decisiva. Consolidar su liderazgo regional en transición energética exige no solo innovación tecnológica, sino también una estructura financiera moderna que movilice capital hacia proyectos sostenibles. Lograrlo dependerá de la confianza inversionista, la estabilidad regulatoria y la profundización del mercado de valores como canal de financiamiento de largo plazo.
Durante el Foro ADIE 2025, bajo el tema “Visión económica y financiera del sector eléctrico”, expertos coincidieron en que el reto del país es transformar la agenda energética en una oportunidad de inversión estructurada. Participaron Eliza Sánchez Lomakina, directora general de Altio, Rosanna Ruiz, presidenta ejecutiva de la Asociación de Bancos Múltiples (ABA), y el economista Henri Hebrard, con la moderación de Lluvia García, presidenta del Women’s Energy Network.
La banca múltiple y la consolidación de la cartera verde
Según Ruiz, la banca múltiple dominicana ya financia el 92 por ciento de los proyectos vinculados a transición energética, tanto en renovables como en eficiencia energética, con una cartera verde equivalente al 14 por ciento del total comercial, superior a RD$145 mil millones. Señaló que desde 2019 el sistema financiero nacional impulsa una agenda de sostenibilidad junto al Banco Mundial y el IFC mediante el Protocolo Verde, aunque advirtió que el país debe avanzar en la taxonomía verde y en la gestión del riesgo climático para hacer los proyectos más bancables.
Existe apetito financiero local e internacional, pero América Latina sigue siendo la región que menos capital recibe para la transición. Debemos fortalecer las reglas locales y lograr mayor incidencia global para atraer recursos, enfatizó Ruiz.
Confianza, reformas y apertura de capital
El economista Henri Hebrard destacó que la sostenibilidad financiera del sector eléctrico depende de la confianza inversionista y de un marco de reformas estructurales que reduzca el costo del dinero. El principal insumo caro hoy no es la energía, es el capital, señaló, advirtiendo que sin reformas las altas tasas de interés seguirán limitando las inversiones productivas.
Hebrard propuso abrir parcialmente el capital de empresas estatales como Punta Catalina o incluso del Banco de Reservas, excluyendo segmentos estratégicos, como vía para dinamizar el mercado accionario, atraer inversión extranjera y reducir costos financieros. Un mercado de capitales más profundo, añadió, actuaría como catalizador de la transición energética, permitiendo canalizar ahorro local e inversión institucional hacia proyectos de generación limpia y modernización de redes.
Fondos de inversión y capital internacional
Desde la perspectiva del mercado de valores, Eliza Sánchez Lomakina señaló que los fondos de inversión dominicanos ya canalizan más de seis mil millones de dólares, de los cuales mil doscientos millones están directamente vinculados a proyectos energéticos. La escasez no está en el capital, sino en las condiciones regulatorias y fiscales que permitan atraerlo con estabilidad, afirmó, proponiendo acuerdos de no doble tributación, regímenes fiscales especiales y mecanismos como capital commitment y capital call para fortalecer la confianza de los inversionistas institucionales.
Sánchez explicó que los fondos de inversión son hoy el espacio más dinámico para la exploración en nuevas tecnologías energéticas como el hidrógeno verde, la inteligencia artificial aplicada a redes eléctricas y la energía nuclear modular, aunque advirtió que las energías renovables aún requieren incentivos y garantías para competir con los retornos de los activos tradicionales.