El presidente Trump dice que planea anunciar un impuesto del 25% a todas las importaciones de acero y aluminio, ampliando una batalla comercial que lanzó durante su primer mandato en la Casa Blanca.

La medida tiene el potencial de echar una mano a los fabricantes nacionales de acero y aluminio, al tiempo que aumenta los costos para las empresas y los consumidores que compran acero y aluminio, desde fabricantes de automóviles hasta consumidores de refrescos y cerveza.

Trump advirtió de los nuevos aranceles mientras viajaba a bordo del Air Force One el domingo.

“Cualquier acero que entre en Estados Unidos va a tener un arancel del 25%”, dijo Trump a los periodistas de camino a Nueva Orleans para la Super Bowl. “El aluminio también”.

En 2018, durante su primer mandato, Trump impuso un impuesto del 25% al acero importado y otro del 10% al aluminio importado.

Aunque los impuestos estaban destinados a abordar la sobreproducción en China, inicialmente se aplicaron a las importaciones de todos los países. Con el tiempo, se concedieron exenciones a algunos países, pero los aranceles provocaron una reacción generalizada, incluidos aranceles de represalia sobre las exportaciones estadounidenses.

Además, como los aranceles se aplicaban inicialmente al acero y al aluminio, pero no a los productos fabricados con esos metales, colocaron en desventaja competitiva a las empresas estadounidenses que fabrican productos como clavos o cestas de alambre. Los investigadores calculan que los aranceles costaron a Estados Unidos unos 75,000 puestos de trabajo en el sector manufacturero.

Todavía no se sabe si los nuevos aranceles al acero y al aluminio propuestos por Trump sustituirían a los anteriores o se añadirían a ellos.

Redacción: Invertix