
Oportunidad: aprovechar el nearshoring
Autor: Miguel Collado Di Franco
Este artículo fue publicado originalmente en la revista Forbes, diciembre 2023.
La pandemia de Covid-19 hizo evidente una oportunidad que desde hacía tiempo tenían las economías del DR-CAFTA: convertirse en suplidores cercanos del mercado de Estados Unidos. El llamado nearshoring ha adquirido una dimensión más visible como resultado de cambios logísticos y geopolíticos recientes.
Pocos países en el mundo, solo unos 20, tienen acuerdos comerciales con la economía más grande del mundo. República Dominicana se encuentra entre esos, con una conveniente ubicación geográfica. Sin embargo, desde la entrada en vigor del DR-CAFTA a la fecha, el crecimiento anual promedio de las exportaciones totales de República Dominicana a Estados Unidos solo ha representado 3.8%. Un crecimiento bajo si se tiene en cuenta que el total exportado también incluye al sector zonas francas.
Crecer hacia el exterior, expandir una economía pequeña, depende de las condiciones necesarias para que esto suceda. La principal es el aumento de las inversiones. Sin inversiones que creen mayores emprendimientos, no es posible el crecimiento; independientemente de las mejores intenciones, los acuerdos comerciales y la ubicación geográfica.
Aumentar los procesos productivos es un reto que se resuelve creando un ambiente facilitador para las inversiones. No existen recetas para ese resultado, solo elementos de sentido común para salvaguardar, sin privilegios, los derechos de propiedad sobre las inversiones y sobre el retorno generado por estas. En ese sentido, es crucial la estabilidad y el fortalecimiento institucional. Lo cual incluye, por supuesto, el fortalecimiento judicial. Si un inversionista tiene que recurrir a la justicia, debe percibir que existe un estado de derecho que propicia la celeridad de los casos y que las decisiones son apegadas a la ley.
El capital es muy cauto, por lo que aprecia jurisdicciones donde existen reglas de juego, creíbles y estables; entre ellas el sistema tributario. En adición a la estabilidad, la simpleza tributaria es una característica apreciada por quienes deciden poner en juego su patrimonio. En consecuencia, quienes legislan y quienes administran las reglas de juego desde el poder ejecutivo, deberían tomar las decisiones relacionadas con los impuestos ponderando su impacto sobre el empleo y el ingreso. Un sistema tributario diseñado sin espíritu fiscalista puede promover la creación de todo tipo de emprendimientos, no solo de nearshoring.
La historia de la humanidad demuestra que la ética de trabajo, la defensa de las libertades y el respeto al derecho de propiedad han sido los pilares para el desarrollo. El despegue del crecimiento económico sucedió a finales del siglo XIX, cuando estos factores fueron entendidos en un puñado de economías. Estamos en una coyuntura idónea para reformar y adoptar elementos favorables para mayores inversiones que sustenten la mejor política social posible: la creación de puestos de trabajo mejor remunerados.