
El menor de los dos males: ¿Inflación o recesión?
El resultado del endurecimiento de las políticas monetarias y eventualmente fiscales a nivel global suele ser una recesión. Esto último no es nada nuevo, es decir, una recesión producida básicamente por tasas de inflación sumamente altas. Dicho esto y aunque las recesiones evidentemente son dañinas para la economía, pues también es cierto que una larga etapa de altos niveles de inflación podría ser aún más perjudicial que una recesión. Cabe destacar que aunque suene contraintuitivo, una recesión a corto plazo tiende a corregir los desequilibrios entre la oferta y la demanda, lo que ultimadamente genera mayor inflación.
En términos financieros, una recesión podría ser una cobertura natural contra la inflación, debido a que los incrementos de tipos por parte de los bancos centrales mundiales para frenar las subidas de precios aumentan las rentabilidades de instrumentos financieros considerados libre de riesgo, como por ejemplo bonos gubernamentales. Al aumentar los rendimientos de productos financieros con garantía del estado, se minimiza la pérdida de poder adquisitivo. Asimismo, se desinflan las burbujas financieras insostenibles, creadas por las políticas laxas de los últimos años y podría representar una oportunidad para que muchos inversionistas compren activos financieros a un precio justo, o incluso más económico.
Tomemos como ejemplo a Estados Unidos, el mayor socio comercial de la República Dominicana. Su mercado laboral sigue fuerte a pesar de las subidas de tipos, inflación, crisis geopolítica y de suministro global. Igualmente, hay que puntualizar que si sube el desempleo, el gobierno americano ayudará a las personas que se queden sin trabajo, mientras que la inflación es efectivamente un impuesto que todas las familias norteamericanas tendrían que pagar de forma indefinida. Solo la Gran Recesión que comenzó en el 2008 duró 18 meses -la más larga en 90 años. La recesión provocada por la pandemia, que se prolongó por 2 meses, fue la más corta de la que se tiene constancia en Estados Unidos.
Por otro lado, la República Dominicana comenzó su plan de normalización monetaria antes que Estados Unidos, lo que ha resultado en una apreciación de la moneda local frente al dólar estadounidense. Esto último, conjuntamente con los subsidios del gobierno, ha contrarrestado, hasta cierto punto, las subidas marcadas de los precios de las importaciones, sobre todo haciendo hincapié en las materias primas y el petróleo.
En fin, las proyecciones de crecimiento económico por parte del Banco Central de la República Dominicana, Banco Mundial, y el FMI, entre otros, se mantienen en promedio por encima del 5% para el cierre del 2022.
Redacción: Javier Trullols